lunes, 1 de noviembre de 2010

La Coca Cola de Flash Gordon

Es la comidilla en los ámbitos diseñiles de internet. Hace poco que apareció pero ya todo el mundo habla del diseño de la botella de Coca Cola que ha realizado Jerome Olivet.
El tal Olivet, es un diseñador que ha elaborado un nuevo diseño para la botella en cuestión por su cuenta y riesgo, sin que exista un encargo de por medio.
Rápidamente, la botella se ha hecho un hueco en blogs y foros all over the world y no han sido pocos los que han vaticinado el fin de la botella tradicional en beneficio de esta nueva, incluso muchos han creido que esta es realmente la nueva botella de Coca Cola.
Es normal que un diseño como ese, que parece creado por Alex Raymond para alguna nave de Flash Gordon o del malvado Ming, haga correr ríos de píxeles y que los más prontos al sensacionalismo vaticinen el fin de nuestra querida botella, también conocida como Contour.
Por eso conviene explicar razonando por qué, a mi juicio, esta botella no puede sustituir a la anterior, aunque existiera la intención por parte de la empresa.
¿Qué hace tan buena a la botella tradicional en contra de esta?
En primer lugar: Reconocimiento.
Todo el mundo reconoce la silueta de la botella pues la distingue desde 1915 (Con ligeras variaciones a lo largo de los años). De hecho, en muchas ocasiones la mera silueta de la botella ha servido y sirve como publicidad de la marca, pues permanece en la memoria colectiva y basta con ver su forma para pensar en la chispa de la vida. La botella de Olivet tiene una forma que no es en absoluto tan reconocible para el público como es la otra, y pedir que los consumidores se la aprendan es trabajo perdido.
En segundo lugar: Economía.
La botella actual de Coca Cola, tanto si se produce en cristal como plástico así como en algún otro material, se fabrica de una sola pieza más el tapón. Esta nueva necesitaría de dos piezas diferentes, que habría que fabricar por separado, tal vez en materiales diferentes, y posteriormente ensamblar y pegar. Eso hace que el coste de la producción se encarezca, lo cual no es deseado por ninguna empresa, especialmente con una producción como la de Coca Cola y en estos tiempos de hacerle agujeros al cinturón que corren.
En tercer lugar: Ergonomía.
La botella Contour fue diseñada para ser sujetada con una sola mano sin que resbale. No sé cómo habría que agarrar la Mystic para que no resbalase de las manos.
En cuarto lugar: Espacio para la marca.
Ya sea en la etiqueta de papel de las botellas como en las latas, Coca Cola se encarga de colocar bien visible su famoso logotipo, para que desde cualquier lugar se distinga. La botella diseñada por J.O. deja un espacio demasiado pequeño para la marca como para que la Coca Cola se interesase.
En cuarto lugar: la costumbre.
La botella Contour lleva tanto años con nosotros que ya forma parte de nuestra rutina y nos hemos acostumbrado a ella, a su tacto y a la forma como se adapta a nuestra mano. La implantación de la Mystic requeriría acostumbrarnos a un elemento extraño, lo cual nos induciría de nuevo a rechazarla.
En definitiva; La botella del francés es bonita y resulta interesante como experimento formal, pero nada más. De todos modos se agradece que alguien quiera ir más allá de lo establecido e innovar en esta época de clones descarados y retornos al pasado que nos azotan.



Y lanzado en esta botella-cohete he comenzado este blog, pronto más y tal vez mejor.

Enlaces Relacionados.
Sobre el creador de la botella.
Historia de Coca Cola
Historia de la botella Contour.

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